Ocho nuevas especies de mariposas fueron detectadas por primera vez en la selva tropical de Sarapiquí, en una reserva biológica privada llamada Tirimbina. Uno de estos insectos nunca había sido visto en el mundo, por lo que es “un descubrimiento para la ciencia”, confirmó ayer a La Nación el biólogo Bernal Rodríguez Herrera, director académico de Tirimbina.
Las otras siete especies de mariposas son nuevos registros de estos insectos para el país. Diurna y ‘ama’ las flores. La especie descubierta para el mundo pertenece al género Cunizza. Según explicó Rodríguez, se trata de una mariposa diurna que es “amante” de las flores. La especie destaca a simple vista por una coloración primordialmente amarilla. Además, tiene algunas formas negras sobre sus alas y manchas oscuras en su parte ventral.
Los ejemplares que ayudaron con el hallazgo fueron encontrados en plantas y árboles de una especie de guaba (del género Inga) y el conocido sotacaballo (Luehea divaricata). Ambos se elevan a unos 15 metros de altura. “Son mariposas que no están a la altura de la vista: son difíciles de ver”, dijo Rodríguez, quien reconoció que aún se analizan datos sobre la ecología del insecto.
“Los hallazgos de especies son buenas noticias porque aumentamos el inventario de Sarapiquí y del país. Pero quizá lo más importante es poder mostrar que es erróneo pensar que Costa Rica tiene una biodiversidad ya prácticamente estudiada. Esta mentalidad ha contraído los fondos para investigar aquí”, agregó.